Lima, junio de 2025 – La lucha contra el narcotráfico en el Perú se ve negra por una grave crisis interna: desde el 2019, al menos 150 policías han sido investigados por tráfico ilícito de drogas, según reportes del sistema antidrogas del Ministerio Público. Las investigaciones alcanzan a oficiales, suboficiales y miembros de la Dirección Antidrogas (Dirandro), unidad de élite de la Policía Nacional del Perú.
Los casos incluyen ocultamiento y comercialización de cocaína, filtración de operativos a mafias y participación directa en la producción de droga, incluso desde laboratorios clandestinos en zonas urbanas. Ayacucho lidera la lista con 12 carpetas fiscales, seguido por Lima, Callao y regiones fronterizas como Loreto, Puno y Tumbes.
Uno de los casos más graves involucra a Harold Enciso Farfán, exintegrante del grupo Escorpión de la Dirandro y agente vinculado a la embajada británica. En febrero de 2024, fue detenido por filtrar operativos antidrogas a narcotraficantes. A pesar de sus antecedentes por violencia y mal uso de vehículos oficiales, se encuentra en libertad con comparecencia.
Otro caso estremecedor ocurrió en Ventanilla, donde el policía Gabriel Avendaño Labrín operaba un laboratorio de droga artesanal. Al momento de su captura, se incautaron más de 26 kilos de cocaína y varios químicos. El caso ya tiene sentencia.
Asimismo, el suboficial Clider Sifuentes Beraún, condenado a 25 años de cárcel, se encuentra prófugo tras ser sorprendido con más de 60 kilos de cocaína en el Callao. En su fuga dejó abandonado su vehículo, su identificación policial y dinero en efectivo.
Finalmente, en Loreto, los agentes Christian Valera y José Ríos fueron capturados por haber filtrado operativos al Comando Vermelho, organización criminal brasileña, facilitando el envío de 212 kilos de droga hacia Brasil. Ambos están hoy con prisión preventiva.
La dimensión de estos hechos revela una profunda vulnerabilidad institucional que compromete la lucha contra el narcotráfico. La fiscalía continúa con los procesos, mientras la sociedad exige una reforma urgente y profunda dentro de la Policía Nacional.
