Bajo una aparente legalidad, se esconde una supuesta red de vínculos familiares y amistosos que beneficia a un pequeño grupo, dejando en duda la transparencia de los procesos. La historia comienza con dos contratos otorgados sin concurso público, amparados bajo el límite de contrataciones menores a 8 UIT. El primero, por S/41,500.00, fue adjudicado a VELTRO Constructores y Consultores en General SAC para el mantenimiento de interiores y exteriores de la Universidad Nacional de San Martín (UNSM). El segundo, por S/42,100.00, se asignó a Sandro López Pinedo para pintar las fachadas de los mismos locales.
Ambos contratos comparten un detalle revelador: las empresas tienen el mismo domicilio fiscal, ubicado en Jr. Sofía Delgado Nº 511 en Tarapoto, propiedad de Alexis Vela Rojas. Este último es esposo de Lesly Palmir Rengifo y amigo cercano de José Alexander Ayala Bustamante, Director General de Administración de la UNSM, quien aprobó dichas contrataciones. La relación de amistad entre Ayala Bustamante y Vela Rojas, junto con los lazos familiares que conectan a los beneficiarios, refuerza la sospecha de que estos acuerdos responden más a intereses personales que a necesidades institucionales.
El vínculo se amplía al descubrir que José Domingo Vela Sandoval, representante de PERLA VERDE EIRL, es suegro de Lesly Palmir y padre de Alexis Vela. Además, la conexión familiar entre Lesly Palmir y Alexis Vela queda evidenciada al compartir hijos. Esto plantea interrogantes sobre la decisión de dividir el servicio en dos contratos en lugar de gestionarlo de manera integral, lo que habría evitado conflictos. La fragmentación permitió adjudicaciones directas, favoreciendo a personas cercanas al DGA, en una posible estrategia para esquivar regulaciones.
Mientras tanto, las autoridades universitarias permanecen en silencio, sugiriendo complicidad. Ni el rectorado, ni el Órgano de Control Institucional, ni la asesoría legal han intervenido en el caso. José Alexander Ayala Bustamante, principal señalado, defendió su gestión en un medio informativo, pero evitó responder directamente a las acusaciones. En un acto considerado autoritario, prohibió la entrada de cámaras y celulares, cerrando cualquier posibilidad de diálogo abierto.
La falta de acciones y respuestas claras por parte de las autoridades de la UNSM agrava las sospechas de irregularidades, dejando en evidencia un entramado que prioriza los intereses personales sobre los institucionales.
Fuente: Diario Voces