La muerte de un ser querido es uno de los momentos más difíciles que enfrentamos en la vida. La desolación que siente la familia se ve agravada por el peso económico que conlleva el proceso de despedida. En este contexto, el CEMENTERIO GENERAL DE TARAPOTO se ha convertido en un foco de preocupación no solo emocional, sino también financiera para quienes buscan un descanso final digno para sus seres amados.
La BENEFICENCIA PÚBLICA, que administra este cementerio, ha establecido tarifas que sorprenden por su magnitud. Los costos son tan altos que muchos los consideran prácticamente insultantes. Mientras que otras opciones como la cremación o el entierro en cementerios privados en distritos cercanos, como La Banda de Shilcayo, se presentan como alternativas mucho más asequibles, el CEMENTERIO GENERAL DE TARAPOTO parece estar desproporcionadamente caro.
Existen varias preguntas que surgen ante esta situación: ¿Por qué los precios son tan elevados? Algunos sugieren que la BENEFICENCIA PÚBLICA podría estar viendo la muerte como una oportunidad de negocio en lugar de un servicio a la comunidad. Otros se cuestionan si hay un exceso de personal o costos operativos elevados que justifiquen estas tarifas exorbitantes.
Es importante destacar que el costo de un entierro no solo incluye el espacio en sí, sino también otros servicios como el mantenimiento del lugar, la administración del cementerio y otros gastos asociados. Sin embargo, muchos sienten que las tarifas actuales sobrepasan lo razonable y se convierten en una carga adicional en un momento ya desgastante.
Para aquellos que desean asegurar un lugar para sus seres queridos en este camposanto, hay que estar preparados para desembolsar sumas significativas. LAS TARIFAS PUEDEN VARIAR CONSIDERABLEMENTE DEPENDIENDO DEL TIPO DE SERVICIO Y LA UBICACIÓN DENTRO DEL CEMENTERIO. Es fácil entender por qué muchos optan por alternativas más económicas; no solo buscan reducir el impacto financiero sino también evitar una sensación de explotación en un momento tan delicado.
En conclusión, mientras el CEMENTERIO GENERAL DE TARAPOTO ofrece un lugar para descansar a los fallecidos, es fundamental reflexionar sobre su política de precios y cómo esto afecta a las familias durante su momento más doloroso. La búsqueda de respuestas a estas interrogantes es esencial para promover una mayor transparencia y justicia en los procesos funerarios. (dr/Ashishito)
